Contar con un sistema de denuncia de irregularidades es solo el primer paso; lo que realmente lo hace efectivo es que las personas lo conozcan y se sientan motivadas a usarlo. La comunicación interna desempeña un papel clave para generar conciencia y confianza en torno a las herramientas de denuncia. Muchos empleados dudan en denunciar, no porque no les importe, sino porque no están seguros de cómo funciona el sistema, de si su identidad estará protegida o de si su denuncia dará lugar a medidas. Ahí es donde una campaña de comunicación clara y consistente puede marcar la diferencia. Recordatorios periódicos mediante boletines internos, carteles en espacios compartidos, presentaciones de incorporación y breves vídeos explicativos pueden ayudar a disipar el miedo y la confusión. Presentar el canal de denuncia con mensajes de la dirección refuerza la idea de que denunciar se apoya, no se castiga. Usar un lenguaje sencillo, ejemplos visuales y respuestas a inquietudes comunes ayuda a los empleados a ver el sistema como algo práctico y accesible, no solo como una cuestión de cumplimiento legal. Una campaña exitosa es aquella que normaliza el acto de denunciar, explica los beneficios para la organización y demuestra que todas las voces importan. Cuando la comunicación es clara y continua, la denuncia se convierte en parte de la cultura, no solo en una herramienta secundaria.